10 de septiembre de 2025
Llevo mucho tiempo necesitando una pausa, pero no una pausa cualquiera, una para conectar y crear intensamente, una pausa para trabajar más que nunca. ¿Parece contradictorio? En cierto modo puede parecerlo, pero lo entenderás perfectamente cuando te cuente los detalles.
Este verano ha sido verdaderamente intenso para mí. Después de la exposición inesperada que realicé en julio, en el Centro Cultural Galileo de Madrid, y que atendí personalmente durante dos semanas de lunes a domingo, mañana y tarde, necesitaba un descanso... Y descansé. Tuve tiempo de apreciar lo afortunada que soy al contar con el apoyo de quien me acompaña desde hace 35 años y que ha estado (y está) siempre ahí, de mis hijos, de mis padres, de grandes amigos y de todos los que disfrutan de mis obras y proyectos. Ser artista es una aventura permanente, caminar en la cuerda floja es lo normal y cuando los expertos nos dicen que hay que salir de la zona de confort para avanzar, lo que me gustaría es encontrar mi zona de confort y quedarme ahí una temporada... confortablemente. Llevo muchos años siendo consciente del precio que se paga por seguir esta vocación, pero aprecio cada recompensa y disfruto de los frutos que van llegando.
Como artista que busca reflejar emoción en cada obra sé de sobra que es una opción siempre llena de dificultades, hacer cosas bonitas y "vendibles" no es una opción para mí... hay algo más fuerte que vender lo que hago: HACER SENTIR. Esa es para mí la propia esencia del Arte en cualquier manifestación: en esa música que nos transporta, en esa lectura que nos atrapa, en esa película que nos abre otra perspectiva, en esa fotografía que transforma lo real, en un poema, en un trazo de lápiz o una mancha de color. Cada artista crea por un motivo y el mío siempre ha sido CONECTAR con quien se acerca a mi trabajo, por eso la emoción que me invade cuando una obra mía sale del estudio para ocupar su lugar en otro espacio que la espera es tan especial. Agradezco desde aquí esos momentos siempre únicos.
Este verano he reflexionado sobre los tiempos extraños que vivimos, llenos de ruido, distracciones que nos hacen creer que necesitamos estar presentes en mil sitios, siempre felices, jóvenes, impecables o, por otro lado, siempre en tensión, ofendidos, exigentes, desubicados en un caos que nos aleja de nosotros mismos. Por eso valoro tanto el poder conocer a grandes personas con las que compartir el compromiso de permanecer auténticos. Es apasionante para mí seguir creciendo como persona y como artista, manteniendo el rumbo y el pulso a la vida misma. Nunca es fácil y es importante tomar conciencia del camino recorrido, de los errores y de cómo los superamos, de los buenos momentos y de cómo los agradecemos. Poder deternos a pensar también nos cuesta, el ritmo que llevamos es frenético y cuando paramos para desconectar lo fácil es no pensar, entrar en un paréntesis para salir de nuevo a retomar la rutina que nos espera con el motor en marcha. PARAR para ser conscientes, para reconciliarnos con nosotros mismos, para celebrarnos, para darnos ánimo y saber que aún queda mucho por andar... Parar para sentir.
El Arte para mí siempre ha sido refugio y lenguaje, el medio con el que reflejo lo que quiero compartir para comunicarlo sin palabras. Solo el título de mis obras da esa pista (muchas veces innecesaria) a quien llega a ella. Emociones vividas personalmente o sentidas a través de otros, pero expresadas desde el corazón y haciendo que un pedazo de mí quede en cada una de ellas. Esta entrega también tiene un precio, de algún modo quedo expuesta ante el espectador que también puede verse reflejado en esa pieza que contempla... y ahí surge también la magia. Para poder condensar la emoción que quiero expresar necesito concentrarme, abstraerme de todo lo que me rodea para encontrar su esencia y saber cómo hacerla visible, necesito esa "pausa activa", esos momentos impagables donde SENTIR es lo único que importa porque será lo único que dará sentido al trabajo final. Tampoco es fácil, pero sigue siendo un misterio apasionante cada vez.
Parar para sentir... para crear. Este es el título de esta entrada en mi blog y es el propósito con el que comienzo... o continúo mis proyectos. CREAR es algo maravilloso, hacer algo que no existía antes, original, con personalidad, que sorprenda, que emocione, que haga descubrir una nueva mirada, que conquiste, que no deje indiferente es un reto mayúsculo al que me enfrento desde mi propio lenguaje, que también evoluciona conmigo. Necesito hacer realidad esos bocetos que esperan pacientes en mi cuaderno, concentrarme y dedicar el tiempo que cada nueva obra precise. El estudio me llama, las herramientas y los soportes me susurran cómplces "¿Empezamos ya?". Esta vez la respuesta es un SÍ rotundo. Nada de esperas... ¡Una nueva colección verá la luz en un año!
Estoy segura de que surgirán imprevistos, encargos, eventos, encuentros, proyectos... etc., que me mantendrán en ese malabarismo constante al que también digo SÍ, pero tomar la decisión firme de reducir esas tareas añadidas que me distraen es un gran paso para conseguir el objetivo. ¿Cómo conseguirlo? En vez de compartir vídeos de los procesos en mis redes sociales a medida que trabajo, voy a condensarlos en un documental que acompañe la presentación de la colección completa; reduciré mis publicaciones a noticias relevantes y organizaré los tiempos para aprovechar las características de cada obra. Adaptarme en cada momento para CREAR; estar atenta para PARAR y enfocarme de nuevo si hace falta; observar y SENTIR que lo mejor del ser humano siempre merece la pena. "Soy. Eres. Somos. Latidos esenciales" es el título de mi nueva colección, que estoy desarrollando a partir de una trilogía poética qe escribí hace unos años. Ten paciencia porque será realmente especial.
Todos tenemos mil cosas que hacer y ante esa avalancha, cojo aire, hago una pausa, pongo orden, doy sentido, agradezco, abro los ojos y me digo: "¡Adelante!". Ahora comprenderás las primeras líneas de esta entrada "una pausa para trabajar más que nunca" y entenderás un poco mejor lo que hay detrás de cada dibujo, pintura, escultura, medalla y obra que realizo. "Arte para vivir" es mi lema y aquí he resumido de algún modo lo que eso significa para mí.
Quiero agradecerte el tiempo que me has dedicado leyendo hasta el final mi reflexión y quiero, también, animarte a encontrar esa pausa que te llene de fuerza para seguir adelante a pesar de los obstáculos. Coge aire, pon orden, da gracias, abre los ojos y dite también: "¡Adelante!"
¡Un abrazo!