"El tiempo de las cosas"

19 de noviembre de 2023

Sí, hoy quiero escribir acerca de cómo organizamos nuestros tiempos y de cómo la vida se encarga de ponernos delante esas cosas que nos cambian los planes. Sabes a qué me refiero ¿verdad? La perspectiva ante lo que queremos hacer, podemos hacer y debemos hacer con nuestro tiempo siempre dependerá del momento concreto en qué nos dispongamos a hacerlo. Hay cosas que no dependen de nosotros, pero está en nosotros resolverlo positivamente con una habilidad de malabarista, sin perder la sonrisa aunque a ratos asome la frustración lógica. Los planes son, a veces, solo eso… planes, planes ejecutados, postpuestos, cambiados, apartados, soñados, vividos, pero siempre adaptados al tiempo, al tiempo de cada cosa.

“Yo soy yo y mis circunstancias”- dijo sabiamente Ortega y Gasset. Esas circunstancias cambiantes que nos exigen sacar nuestra mejor versión, que nos obligan a hacer una pausa, a pensar y resolver… siempre a resolver lo que se nos presenta para avanzar. Quiero hacer hincapié en esas pausas forzosas en nuestra hoja de ruta, en nuestros planes y proyectos, en esas pausas que nos colocan casi en la casilla de salida de este tablero apasionante que es la vida. Vivimos en una sociedad en la que el tiempo se ha convertido en un tirano ante el que nos arrodillamos, todo ha de ser rápido, inmediato, diría que instantáneo, y si no mantenemos ese ritmo de producción y presencia social y virtual es como si no hiciéramos nada, como si no existiéramos. Vivimos con la presión de que si no estamos ahí otro ocupará nuestro lugar y en cierto modo así es o quizá así tenga que ser. Cada cosa tiene un tiempo concreto y quizá no hacer nada sea precisamente permanecer en esa espiral exterior que nos engulle sin piedad, sin parar de hacer cosas por inercia... mejor hagamos cosas cuyo valor merezca el tiempo que les dedicamos.

Relojes de arena de la escultura "ACCIÓN-REACCIÓN: Instante de la Humanidad".


¿Qué cosas merecen nuestro tiempo? ¿Qué lugar queremos ocupar? ¿Qué momentos queremos contar? ¿Qué tiempos nos hacen crecer, reír, sentir o ser? El tiempo para SER es para mí el más valioso y en ese tiempo se concentra la emoción de vivir nuestras circunstancias, se hace presente la conciencia de quienes somos, de lo que nos define, de lo que sentimos, de lo que aspiramos con nuestros proyectos, de con quienes podemos contar a nuestro lado, de aquello que está en nuestra mano y de lo que no depende de nosotros, de nuestros miedos… Elegir qué merece nuestro tiempo debe ser un ejercio permanente, porque el tiempo es irrecuperable... ¡Vívelo!

Como artista creo que siempre he sido consciente de que mi manera de vivir mis propias circunstancias ha sido distinta, la forma en la que percibo lo que me rodea, lo que me ocurre y el modo en el que me enfrento a cada día están impregnados de matices, esos que me inspiran a la hora de realizar mis obras (casi siempre quedan latentes en mi cerebro hasta que salta la chispa que los activa). En estos momentos, como artista, la presencia en las redes sociales tan necesaria para dar visibilidad a mi trabajo, contactar con galerías, críticos y comisarios, para tener información de convocatorias expositivas o concursos, para conocer qué ocurre en mi sector, me supone un esfuerzo añadido y el tiempo que me ocupa no siempre es compatible con el que necesito para crear. A veces, como me ha ocurrido estas semanas, mi ausencia de publicaciones es debida a esas circunstancias que solicitan mi presencia y atención total en el ámbito personal y familiar, los planes quedan en pausa, latentes en la agenda, en el bloc de bocetos o en mi mente, sonrientes me esperan dispuestos a continuar cuando llegue el día. Así debe ser, las circunstancias que trastocan los planes son inocentes, imprevistas, tristes o alegres, que llegan por sorpresa para agitarnos y hacer caer lo superficial. Agitar nuestra esencia para despejarla, para ver con claridad lo valioso que hay en cada situación, nuestra humanidad, cariño, resiliencia, generosidad y capacidad de seguir adelante. Adaptarnos a los tiempos y hacernos cómplices de las circunstancias nos permitirá aprender, aprender mucho sobre nosotros mismos.

"Dejarse llevar". 2019. Tec. mixta sobre papel.


El tiempo de las cosas tiene para mí un sentido profundo, al crear nada es en mi trabajo rápido, inmediato y mucho menos instantáneo, necesito tiempo para pensar y saber cómo he de plasmar el mensaje que hay en cada una de mis obras. Soy incapaz de crear solo cosas bonitas aunque la belleza es siempre protagonista en mis creaciones. Vivimos tiempos difíciles en todos los aspectos, pero quizá sea esa falta de belleza lo que los haga menos llevaderos. No sé, quizá sea mi manera de expresarme, pero realizar una escultura o un cuadro lleva tiempos distintos, los materiales tienen vida propia y no sirve de nada acelerarlos. Valorar el tiempo de las cosas también lleva tiempo, saber disfrutarlo y aprender de lo que cada momento nos ofrece es algo que quedará con nosotros para siempre.

Sé que mi manera de sentir y compartirlo con el mundo a través de mi vocación artística define quien soy. Aportar mi mirada para que otros también puedan sentir con mis obras y hacer que pare el tiempo por un momento para cambiar su mirada, para ver lo bueno de las cosas, de todo lo que nos ocurre aunque nos duela. El tiempo de las cosas, tiempo de aprender, de valorar la pausa y la urgencia, tiempo de saber ser consciente y dejar fluir a la vida permaneciendo atentos a las oportunidades que siempre esperan ser descubiertas.

En estas semanas (en las que no he tenido tiempo para mis planes) he aprendido mucho y quiero despedir este texto con algunas cosas que podrían ayudarte a gestionar esas circunstancias que desbaraten los tuyos. No olvides que siempre hay tiempo para:


  • Respirar hondo.
  • Ver el brillo en los ojos de quien sonríes.
  • Hacer una llamada inesperada a un amigo.
  • Reír por una tontería o un chiste malo.
  • Escuchar tu canción favorita.
  • Silbar en un día nublado, con nubes fuera o dentro de ti.
  • Desaparecer un rato entre la multitud o en la naturaleza.
  • Oír tus propios pasos.
  • Una ducha reparadora.
  • Soñar ante una obra de arte.
  • Mirarte al espejo y decir que serás capaz de todo.
  • Anotar todas las ideas para no olvidarlas.
  • Descubrir el lado bueno de todas las cosas.


Y por fin tuve tiempo para escribir este texto, ahora ya puedo seguir con mis planes… hasta que la vida quiera sorprenderme de nuevo. Aquí estaré dispuesta a conquistar cada momento. ¿Y tú?

¡Un abrazo!

Ana

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